Primero se fue tu alma
En una mañana de lunes,
Se fue por la ventana
Silenciosa y avergonzada.
Luego se fue tu mirada
Jugando con la luna,
Se fue melancólica
Veloz y escurridiza.
Un día partió tu voz
Dejando el eco de su agonía,
Se fue callada
En conversaciones secretas.
Sólo quedó tu cuerpo
Hermoso pero distante,
Dejándose penetrar
Dormido y cansado.